domingo, 21 de octubre de 2012

Venganza.

   "Cualquier cosa puede ser imborrable si tu quieres, pero lo realmente eterno es aquello que se hace inmortal sin que te des cuenta"

    En el reguero de sangre vio su vida discurrir, pues sabía perfectamente qué significaba lo que acababa de hacer, y por mucho que fingiese su arrepentimiento, había basado su vida en un odio eterno que solo podía acabar con la única cosa inevitable: la muerte. Su imperdonado se retorcía de dolor bajo la lluvia dejando clavados los ojos en los suyos y viendo que el odio se desvanecía con el honor de la venganza por habérselo arrebatado todo.
  Años más tarde el mismo odio que vio la víctima en los ojos del asesino, éste lo vio en los ojos de su madre mientras le metían el veneno en vena y los familiares de la víctima eran ahora los que disfrutaban con la venganza. Solo se sintió mal en aquella mesa con el veneno llegando a su corazón, cuando se acordó de su padre que sabía que estaba triste por los gemidos que se tragaba y no por lo que hacía aflorar afuera con sus lágrimas.

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